UN DÍA EN EL MONTE

Después del invierno, debido a las duras condiciones del mismo, nos encontramos multitud de troncos y ramas caídas al pie de los árboles más grandes. Estos son elementos importantes dentro de los ecosistemas templados y lluviosos. Por una parte sus caídas despejan el camino de la luz solar hasta la base del bosque, y además por la acción de hongos y bacterias, en su descomposición aportan los nutrientes necesarios para la constante renovación del medio.



En una jornada sin propósito determinado, mientras caminábamos por el bosque, nos encontramos gran cantidad de estos troncos caídos y los desplazamos y organizamos en lo que sólo puede calificarse como un ejercicio constructivo sin sentido.

Al marcharnos tratamos de derribarlo y fue totalmente imposible.

Más fotos en el: álbum de omnívoros

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