GOLPEADORES

Un GOLPEADOR es un divertimento mecánico sin más propósito y utilidad que la de producir ruido, en la medida en que un espectador no expectante, sea capaz de sobreponerse a los convencionalismos que han reducido contextualmente el acto creativo a la extensión del objeto residual y supere las prohibiciones levantadas entorno suyo. Para ello debe poner en él una energía motriz que se traduce en una serie de fuerzas en cadena destinadas a provocar un sonido, de forma que finalmente devuelve la energía original como onda y ocupación acústica del espacio.

En definitiva, se trata de advertir el hecho de que cada cosa es aquello que ponemos en ella, y que muy especialmente, en el caso de la obra de arte por consistir en rondar hechos esenciales, sólo se podrá considerar eficiente si el espectador se enfrenta como creador invirtiendo en ella sus propias experiencias.

En estado de reposo estos ingenios parecen complacerse con su propia estructura como si pudieran reposar en ella sin más pretensiones, como máquinas obsoletas después de funcionar durante largo tiempo. Pero lejos de esto esa quietud y rigidez en sus formas no son más que una provocación para que resulte tentador ponerlas en acto.



La elaboración del G-C1 partió de un diseño que debía ser reinterpretado para construirse utilizando sólo materiales de desecho. Por esta razón, su producción fue extremadamente complicada ya que debían pensarse las necesidades en función a los recursos potenciales, y una vez acaparados gran cantidad de materiales volver a imaginar como podrían encajar en forma de solución de conjunto.




Golpeador C1 en Espacio F en Youtube


En total todo el proceso ocupó más de cuatro meses, en una labor fragmentada, interrumpida y agotadora.



Por otro lado, la experiencia de construcción del G-D2 resultó radicalmente distinta por la sencilla razón de que se disponía de recursos para obtener el material y debido a ello, excluyendo algunas gestiones y la incertidumbre previa a la aprobación del proyecto, su construcción sólo llevó cinco días. Además debido a esas facilidades, se incorporó a la ecuación el problema del sonido resultante, y en lugar de culminar en un estruendo se trabajó en torno al tañido de una campana.




proceso de construcción G-D2 en Youtube


No obstante, más allá de las diferencias descritas que no son más que aspectos externos, el espíritu que motiva a un Golpeador es el de efectuar una interrupción reflexiva en superficie a propósito de la relación entre la obra y el espectador como creador capaz de sobreponerse a su rigidez y efectuar su disolución. Además ese contraste entre las formas de hacerlos posibles, demuestra la factibilidad de realizar una labor creativa de cierta envergadura más allá del presupuesto y complacencia de reguladores, lo que de cierta forma nos lleva a cuestiones de deber y compromiso con el propósito por el que se crea.


Más fotos en el: álbum de omnívoros

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